El Museo Ferroviario Municipal recuerda en la fecha, 4 de julio, el “Día Nacional del Médico Rural”, en conmemoración al nacimiento del Dr. Esteban Laureano Maradona, quien llegó a través de las vías férreas a la estación formoseña conocida como “Km 234” del paraje Guaycurú, también llamado Estanislao del Campo.
Esteban Laureano Maradona nació en Esperanza, provincia de Santa Fe, el 4 de julio de 1895, y falleció en Rosario el 14 de enero de 1995. Fue un médico rural, naturalista, escritor y filántropo argentino, famoso por su modestia y abnegación, que pasó cincuenta años en Estanislao del Campo, Formosa, ejerciendo la medicina.
Su vida fue un ejemplo de altruismo y colaboró con las comunidades indígenas en varios aspectos: económico, cultural, humano y social.
Es autor de obras científicas sobre antropología, flora y fauna. Renunció a todo tipo de honorario y premio material, viviendo en la humildad y colaborando con su dinero y tiempo con los más menesterosos, a pesar de que pudo haber tenido una cómoda vida ciudadana gracias a sus estudios y a la clase social a la que pertenecía.
Algunas frases por él dichas, sintetizan muy bien su pensamiento sobre su profesión y su manera de vivir.
“Si algún asomo de mérito me asiste en el desempeño de mi profesión, este es bien limitado, yo no he hecho más que cumplir con el clásico juramento hipocrático de hacer el bien a mis semejantes”.
Historia de su llegada a Formosa
Corría el año 1935 cuando Esteban Laureano Maradona volvía en tren desde Paraguay con destino a la ciudad de Tucumán. Había cumplido 40 años y venía de pasar tres años en tierra guaraní atendiendo a los heridos de la sangrienta Guerra del Chaco Boreal, entre aquel país y Bolivia. Regresaba a la Argentina dispuesto a instalar un consultorio en Buenos Aires, donde vivía su madre, pero pensaba hacer algunas escalas en Salta, Jujuy y Tucumán, donde vivía su hermano Juan Carlos, entonces intendente de la capital provincial.
Nunca imaginó que aquel 2 de noviembre su vida daría un vuelco inesperado. En la estación formoseña conocida como “Km 234”, del paraje Guaycurú, también llamado Estanislao del Campo, una voz desesperada se alzó entre los viajeros pidiendo auxilio. Necesitaban un médico para asistir a una mujer que hacía varios días intentaba dar a luz. Así recordaba Maradona este momento trascendental de su vida: “Un grupo de personas preguntaba a voz en cuello si algún pasajero se animaba a asistir a una parturienta en
estado de gravedad. Tomé mi maletín, subí a un sulky, de las riendas tiraba una mujer cincuentona. El parto fue difícil, la parturienta en verdad estaba grave, se llamaba Mercedes Almirón y a mano saque a esa criatura, era una nena”.
Cuando regresó a la estación a comprar el pasaje para el siguiente tren se encontró a una multitud que se había congregado y reclamaba sus servicios. “Tal fue la noticia que en dos horas se había propagado….De golpe mi vi rodeado por un indiaje astroso, bárbaro. Patente recuerdo algunos rostros como de animales chúcaros, ariscos y, al mismo tiempo, graves, profundamente necesitados (…) Puedo ver esos rostros con absoluta nitidez: narices, lóbulos de las orejas mutiladas con tatuajes; manos como de cuero se me extendían suplicantes. Me arremangué, empecé a atender y me quedé con ellos…”, recordaría años más tarde el doctor Esteban L. Maradona.
La escala en aquel inhóspito lugar se extendió durante más de cincuenta años, donde el médico, filántropo, naturalista y escritor, vivió con una austeridad franciscana sin luz, ni gas, ni teléfono, atendiendo a los humildes pobladores de la zona, muchos de ellos habitantes de comunidades aborígenes.
En homenaje al Dr. Esteban L. Maradona, en el día de su nacimiento se recuerda en nuestro país al médico rural.